sábado, 5 de enero de 2013
La promesa tan leve no me sirve -tiritó- y qué importa. Vencer la niebla que a borbotones hace llover distancias en mis mejillas y precipita la frontera de silencios que es diciembre. Rimar,caótica, disparates de optimismo al tiempo para disimular este invierno de puentes levadizos y rumbo a cualquier lugar. Volátil. Bocanadas de libertad merecida e impuesta la sonrisa con la que comerme el mundo. ¡Por fin giramos al mismo compás! Vámonos por bulerías a a gritarle chifladuras de imposibles a la realidad y sus presagios. Coloreando ilusiones propias, y contigo a veces, por no perder la costumbre de mis contradicciones en un vaivén kamikace. Juego de dos y tiro otra vez.
jueves, 26 de abril de 2012
Corazón coraza. Rebelión propia de tristezas con prisa, y sin voz para reclamarte la viceversa de mis te quieros. Rabia desorientada por los sures impotentes de mis pasos sin tus manos. Ni humo de mis después, ni caricias, ni coraje. Vacío.
Equilibrio de fuerzas contradictorias, perplejas del giro meridional de tu sentirme contigo.
No me sirve.
Equilibrio de fuerzas contradictorias, perplejas del giro meridional de tu sentirme contigo.
No me sirve.
sábado, 19 de noviembre de 2011
¿Puedo contar con vos?- Leve la alarma tímida de su pedir abocado al cielo de sonetos y geografías mojadas. Consigo, por no quemar las naves sin huella del consuelo en calma, y componer de nuevo la acústica de gemidos a dúo por cortesía.
Como cuando la vida no iba en serio y permitirse el uno al otro era tan sólo cuestión de peripecias entre las sábanas sin ritual, excusas de metralla para ambos corazones.
Como cuando la vida no iba en serio y permitirse el uno al otro era tan sólo cuestión de peripecias entre las sábanas sin ritual, excusas de metralla para ambos corazones.
domingo, 6 de marzo de 2011
Volverá -dice.
Soliloquio propio de insomnios en prosa repetida, versátil al socorro con urgencia y débil la palabra onírica. -Volverá, tu cielo al rumbo de aves migratorias en mis humedades de este vuelo que, amor, nos pertenece. Permíteme la libertad. O los horizontes, o las ventanas, o el sueño.
El mar.
Y quédate en mí, pues ¿sabes?, tengo que contar...
Soliloquio propio de insomnios en prosa repetida, versátil al socorro con urgencia y débil la palabra onírica. -Volverá, tu cielo al rumbo de aves migratorias en mis humedades de este vuelo que, amor, nos pertenece. Permíteme la libertad. O los horizontes, o las ventanas, o el sueño.
El mar.
Y quédate en mí, pues ¿sabes?, tengo que contar...
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